“Si no actúas como piensas, terminarás pensando como actúas”
Blaise Pascal
El concepto de Unidad de la persona, y todo lo que se expone en ese capítulo del libro, queda englobado necesariamente por un concepto mayor que es cultura. Lo que es bueno y malo cambia según quién lo exponga: de la religión a la que pertenezca, del continente, tradición, política… No podemos generalizar. eso nos llevaría al autoengaño de creer que nosotros tenemos razón.
Sabiendo que lo que ahora es ético en otras épocas no lo fue, y que cosas que hoy se dan por inamovibles, auténticas y verdaderas probablemente en un tiempo no muy lejano dejen de serlo. No veo la verdad y la realidad objetivos más allá de lo científico. Las guerras, hay más de 100 grandes guerras activas hoy en el mundo, se hacen siempre en honor a la verdad . La verdad ¿de quién? pues ambos bandos defienden una verdad absoluta y perfectamente evidente y justificable para cada bando, y seguramente estarías a favor del otro si hubieses nacido en su bando. La Inquisición cometía atrocidades en defensa de la pureza y el amor, ambos conceptos infinitamente loables, e Y podría seguir con miles de ejemplos.
Por eso enmarcar la definición de Unidad de la Persona en términos de debería, real, verdadero, bueno me parece sectario, y limitado.
Lo más recomendable es que una persona tenga coherencia en su sentir, su pensar y sus actos. Es lo que le garantiza cierto grado de salud y fluidez.
Pero el nivel emocional, mental, físico y espiritual son tan bastos que a menudo nos quieren llevar por caminos diferentes: tenemos sentimientos contradictorios, y a menudo el corazón nos dice una cosa y la mente otra.
El criterio propio debe estar en consonancia con la realidad, ¿con qué realidad?. Yo diría con la cultura. Es decir mi vida va a ser más fácil y cómoda si vivo en España siguiendo las normas sociales, éticas y culturales del lugar pero si vivo aquí según la cultura de los Bosquimanos me voy a meter en líos seguro.
La persona debe tener un criterio ético adaptado , correcto, que coincida con la cultura en la que vive.
Y no olvidemos el espíritu rebelde imprescindible en todas las materias, culturas, y grupos para evolucionar. Parte de las personas rebeldes se atreven a plantear nuevas visiones y posibilidades en todo y gracias a que se atreven a salirse de las normas, de la cultura, de la realidad, se progresa. No creo que el rebelde no tenga unidad en su persona tal vez tenga más, ya que no deja que la cultura llegue a domesticarlo y adormecerlo. Y aquí entra la frase “si no actúas como piensas, acabarás pensando como actúas”, el pensar y el actuar acaban creándo un círculo vicioso, unos hábitos. Llega un momento que no sabemos qué fue primero. Creo que el sistema educativo, los modales, el ser bueno son necesarios hasta cierto punto pero a menudo tienen una faceta adormecedora en la que el niño acaba pensando como actúa, como le dicen que debe actuar. El ser educado tiene en gran parte una dosis de hipocresía ya que lo que te apetece , o lo que piensas no coincide en absoluto con lo que debes hacer o decir. Cometemos probablemente decenas de pequeñas o grandes hipocresías cotidianas. ¿Hemos perdido ahí la unidad de la persona, nuestra unidad como personas?
La frase de Pascal, como su autor, es brillante y supone un aviso . E invita a una reflexión constante de nuestro hacer, de si se está expresando nuestro Ser auténtico y único o no.
Blaise Pascal
El concepto de Unidad de la persona, y todo lo que se expone en ese capítulo del libro, queda englobado necesariamente por un concepto mayor que es cultura. Lo que es bueno y malo cambia según quién lo exponga: de la religión a la que pertenezca, del continente, tradición, política… No podemos generalizar. eso nos llevaría al autoengaño de creer que nosotros tenemos razón.
Sabiendo que lo que ahora es ético en otras épocas no lo fue, y que cosas que hoy se dan por inamovibles, auténticas y verdaderas probablemente en un tiempo no muy lejano dejen de serlo. No veo la verdad y la realidad objetivos más allá de lo científico. Las guerras, hay más de 100 grandes guerras activas hoy en el mundo, se hacen siempre en honor a la verdad . La verdad ¿de quién? pues ambos bandos defienden una verdad absoluta y perfectamente evidente y justificable para cada bando, y seguramente estarías a favor del otro si hubieses nacido en su bando. La Inquisición cometía atrocidades en defensa de la pureza y el amor, ambos conceptos infinitamente loables, e Y podría seguir con miles de ejemplos.
Por eso enmarcar la definición de Unidad de la Persona en términos de debería, real, verdadero, bueno me parece sectario, y limitado.
Lo más recomendable es que una persona tenga coherencia en su sentir, su pensar y sus actos. Es lo que le garantiza cierto grado de salud y fluidez.
Pero el nivel emocional, mental, físico y espiritual son tan bastos que a menudo nos quieren llevar por caminos diferentes: tenemos sentimientos contradictorios, y a menudo el corazón nos dice una cosa y la mente otra.
El criterio propio debe estar en consonancia con la realidad, ¿con qué realidad?. Yo diría con la cultura. Es decir mi vida va a ser más fácil y cómoda si vivo en España siguiendo las normas sociales, éticas y culturales del lugar pero si vivo aquí según la cultura de los Bosquimanos me voy a meter en líos seguro.
La persona debe tener un criterio ético adaptado , correcto, que coincida con la cultura en la que vive.
Y no olvidemos el espíritu rebelde imprescindible en todas las materias, culturas, y grupos para evolucionar. Parte de las personas rebeldes se atreven a plantear nuevas visiones y posibilidades en todo y gracias a que se atreven a salirse de las normas, de la cultura, de la realidad, se progresa. No creo que el rebelde no tenga unidad en su persona tal vez tenga más, ya que no deja que la cultura llegue a domesticarlo y adormecerlo. Y aquí entra la frase “si no actúas como piensas, acabarás pensando como actúas”, el pensar y el actuar acaban creándo un círculo vicioso, unos hábitos. Llega un momento que no sabemos qué fue primero. Creo que el sistema educativo, los modales, el ser bueno son necesarios hasta cierto punto pero a menudo tienen una faceta adormecedora en la que el niño acaba pensando como actúa, como le dicen que debe actuar. El ser educado tiene en gran parte una dosis de hipocresía ya que lo que te apetece , o lo que piensas no coincide en absoluto con lo que debes hacer o decir. Cometemos probablemente decenas de pequeñas o grandes hipocresías cotidianas. ¿Hemos perdido ahí la unidad de la persona, nuestra unidad como personas?
La frase de Pascal, como su autor, es brillante y supone un aviso . E invita a una reflexión constante de nuestro hacer, de si se está expresando nuestro Ser auténtico y único o no.